Lágrimas, gritos copan la sala. No son de tristeza. Tampoco son de emoción. Son de risa. Guillermo no para. Hace imitaciones, cuenta anécdotas. Es el año 1974. Guillermo tiene 20 años. Esos encuentros con amigos en aquel bodegón del barrio de la Paternal, inmortalizarían a sus amigos como los primeros testigos de quien sería el generador de alegrías, el capo cómico de los últimos 15 años en la Argentina y parte de América latina.
El lugar: un viejo bodegón de barrio, un restauran. Especialidad: parrilla, el asado, el plato argentino por excelencia. Si, Guillermo Francella (Doc9) no para, y sus amigos se mueren de risa, entre achuras, buen vino, choris y carne.
Alguna vez se apuntó, que significa un asado para el país argento. Esa comida en un bodegón es un plato letal. Más si se comparte con amigos, familia, parejas. Los bodegones, son los herederos de lo que fueron las pulperías que eran a principios de 1810, el centro social de las clases humildes de la población, el lugar en el que se reunían los gauchos a conversar, donde se podía tomar bebidas alcohólicas, se realizaban riñas de gallos, se jugaba a los dados. Juan Manuel de Rosas (Doc9), Facundo Quiroga, Juan Moreira, eran algunos de los tantos asiduos a las pulperías, lugares que evolucionaron al compás del crecimiento tecnológico y cambios políticos/sociales. Con los años, estas fueron mutando por los almacenes de ramos generales y los denominados boliches. Este último mote proviene del término perteneciente al mundo del arte. Bodegón significa naturaleza muerta, es decir, es el resumen de arte que representa objetos inanimados, como animales de caza, frutas, flores, plantas, rocas o cosas hechas por el ser humano, como utensilios de cocina, de mesa o de casa, antigüedades, libros, joyas, monedas, pipas, entre otros… y comida, la comida casera. Muchas pulperías adornarían sus instalaciones con pinturas de platos caseros. Lo mismo harían los almacenes de ramos generales. El bodegón pasaba a convertirse en el lugar para juntarse a almorzar o cenar con la familia y amigos.
Prieto Sobra es un estudioso de los bodegones. Recorrió centenares de la ciudad Capital Federal argenta y las principales ciudades de la provincia de Buenos Aires. Prieto es un italiano, un periodista especialista en gastronomía. Su investigación culminó en el libro "Un lugar donde ir a comer". El autor da a conocer el significado y cuales son los mejores bodegones de barrio y cuenta como fue el pasaje de las pulperías, los almacenes de barrio a estos comercios. El bodegón es la sensación de pertenencia a la ciudad que transmite a través de la abundancia y accesibilidad de su comida, de su ambiente y de la tipología de clientes que lo frecuenta, en general grupo de amigos, pero los lugares son para todos.
La cocina argentina, la porteña principalmente fue naciendo de la unión entre los platos italianos con los españoles. También de la cocina francesa, la alemana, la hebrea o la armenia, pero estas en un segundo plano. No es común ver en los menús de los bodegones platos oriundos de estas últimas cocinas.
En el corazón del barrio de Parque Patricios, el lugar de Huracán, el dueño de las calles que vio entrenar al boxeador Oscar Ringo Bonavena (Doc9), se encuentra el bodegón La Taberna de Roberto (Doc 9 ). Dario, el hermano de Gustavo (Doc9) fue de casualidad el artífice de que un grupo de amigos vaya seguido a cenar o almorzar en ese bodegón. Dario tiene la edad que inmortalizó a los ojos de la historia Cristo y la mítica Evita Perón. Pero gracias a otra oportunidad, recién cumplió los 4. Y se comenzará a recorrer otros bodegones, con Dario, porque esos lugares son los reinos de las charlas entre amigos, del ruido familiar. Y recordaremos al tío Tito, que recientemente Dios llamó. Parece que en el Cielo necesitan con urgencia de tipos piolas y buenas personas. Un abrazo tío Tito.
(*)En este links se podrá apuntar para conocer una buena cantidad de estos benditos bodegones.
http://bodegonesyfondas.blogspot.com